Mountain Guides
Cuando el invierno cae en Bariloche, el sendero al Refugio Jakob se transforma en un verdadero desafío para los sentidos. El bosque se cubre de nieve, los arroyos se aquietan bajo el hielo, y el silencio domina el valle. Es una experiencia intensa, reservada para quienes buscan algo más que una caminata: una verdadera aventura invernal en la montaña.
Dificultad: Alta
Recorrido: 28 km.*
Fechas: Junio a Septiembre
Altura refugio: 1.620 msnm.
Desnivel: + 1.100 m.
Duración: 2 días (recomendado 3 días)
Tipo: Salida Privada
Puntos de interés: Tambo Báez, Arroyo Casa de Piedra, Laguna Jakob, Laguna Témpanos, Paso Schweitzer, Valle del Casalata, Cerro Cella, Paso Brecha Negra.
* distancia ida y vuelta, se pueden sumar caminatas/trekkings por la zona a elección
Con la llegada del invierno, el trekking hacia el Refugio Jakob se convierte en algo completamente distinto. El sendero cubierto por un manto blanco de nieve transforma cada paso en un desafío que, al mismo tiempo, te conecta más intensamente con la magnitud de la naturaleza patagónica. Este trekking no es solo un recorrido físico, sino una experiencia profunda en la que cada rincón nevado de la montaña ofrece un nuevo aspecto del paisaje.
La jornada comienza temprano, cuando la luz del día apenas empezó a iluminar el horizonte patagónico. Desde el primer momento, el frío aire invernal se siente intensamente, y el crujir de la nieve bajo los pies se convierte en la banda sonora del camino. El primer tramo del trekking te lleva por un bosque de radales, maitenes y cipreses y que luego se transforma en un alto bosque de Coihues, los cuales, lengas, donde los árboles cubiertos de nieve crean un ambiente mágico. Aquí, cada paso te hace adentrarte en un paisaje transformado por el invierno, y las montañas lejanas parecen aún más imponentes desde este punto inicial.
A medida que avanzás por el sendero, te acercas al primer cruce del arroyo Casa de Piedra, que en invierno se presenta congelado o con el agua corriendo entre trozos de hielo. Aquí, el paisaje comienza a cambiar y las primeras vistas del Valle Casa de Piedra se despliegan ante tus ojos, con las montañas cubiertas de nieve y las aguas del arroyo que contrastan con el blanco del entorno.
A medida que subís por el sendero, las vistas van cambiando. El bosque de lengas va quedando atrás, y el paisaje se abre hacia vastos campos nevados. A medida que avanzás, la Laguna Jakob se empieza a vislumbrar a lo lejos, completamente cubierta de nieve. En invierno, la laguna es solo un recuerdo bajo la nieve, y su serenidad habitual se transforma en una calma aún más profunda.
Desde aquí, las vistas del Cerro Cella y el Paso Schweitzer se hacen más cercanas. Estos puntos se encuentran en el horizonte, marcando el ritmo de la ascensión y ofreciendo panorámicas impresionantes de la cordillera.
El trekking hacia el refugio te lleva también cerca de la Laguna Témpanos, un lugar que en verano se caracteriza por sus grandes bloques de hielo flotante, pero en invierno está completamente sellada bajo la nieve. La tranquilidad de este rincón patagónico parece multiplicada en esta época del año, cuando el paisaje se convierte en un lienzo blanco e inmaculado.
Una vez superados estos tramos, te acercás al Paso Schweitzer, una de las zonas más altas del trekking, donde las vistas se expanden a lo largo de la cordillera. Este paso, que en verano es un punto de contacto entre diferentes caminos de montaña, se vuelve aún más espectacular en invierno, cuando el viento frío y la nieve parecen haber congelado el tiempo.
Desde el paso, podés ver el Paso Brecha Negra, otro de los puntos clave del trekking, y el Cerro Cella, que se erige imponente en el horizonte.
El refugio Jakob está finalmente al alcance, y al llegar, el paisaje cambia radicalmente. La Laguna Jakob ya no es visible, pero la majestuosidad de la montaña que rodea el refugio y el manto blanco de nieve que cubre todo el entorno siguen impresionando.
El refugio, abierto todo el año, te recibe con su calor acogedor, ofreciéndote un descanso merecido después de una jornada de esfuerzo. Desde su interior, el paisaje de montañas nevadas y valles solitarios se ve aún más imponente, y es el lugar perfecto para relajarse y disfrutar de un té caliente.
El regreso se hace por el mismo sendero, pero ahora con una nueva perspectiva del paisaje. Cada rincón del camino parece haber cambiado bajo la nieve, y los contrastes entre las sombras del atardecer y el blanco resplandeciente de la nieve crean una atmósfera mágica. Durante el descenso, la sensación de haber vivido una experiencia única se refuerza, y el paisaje de la Patagonia invernal queda grabado en la memoria.
Cada paso hacia el refugio te invita a sumergirte aún más en esta atmósfera única, como si estuvieras caminando en un paisaje de cuento.
El paisaje alrededor del Refugio Jakob cambia radicalmente con las estaciones. ¿Sabías que la nieve actúa como un aislante natural para la flora y fauna durante el invierno?
(Durante el invierno, la nieve cubre el suelo y protege la vegetación de las temperaturas extremas, permitiendo que las plantas sobrevivan bajo la capa de nieve hasta que llegue la primavera.)
¿Lo vas a visitar en invierno?
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