Trekking Invernal Cerro Ventana

El trekking comienza cerca de la mítica Ruta 40 al este de Bariloche y se interna en un bosque de coihues, cipreses y lengas que en invierno se cubre de nieve. A medida que se gana altura, el paisaje se transforma: las ramas cargadas de blanco dan paso a un terreno más rocoso y abierto, donde los arbustos patagónicos resisten el frío y el viento. El sendero es angosto, empinado y con tramos donde la nieve puede ocultarlo parcialmente.

Por la cantidad de roca y la presencia de nieve o hielo, se vuelve un desafío técnico aún mayor, pero también una experiencia sensorial intensa: roca, viento, nieve y bosque se combinan para ofrecer una aventura inolvidable. Cada paso es una inmersión en la montaña invernal, con vistas que invitan a detenerse.

Este cerro es también frecuentado por personas que escalan, ya que sus paredes y formaciones rocosas siguen siendo desafiantes incluso en los meses fríos.

La pendiente se siente desde el comienzo, y al acercarse a la “ventana”, el terreno cambia a un acarreo inestable donde la nieve se acumula y se debe avanzar con precaución. La formación de la “ventana” en la roca, parcialmente cubierta por hielo o escarcha, permite asomarse al vacío y capturar una postal invernal del lago Gutiérrez y los cerros blancos del entorno.

Desde la ventana tendremos vistas, además del lago Gutiérrez y del extenso paisaje patagónico, a los cerros Catedral, Otto, Bella Vista y La Vieja, todos con sus cumbres nevadas.

No se trata solo de llegar a la ventana, sino de tomarse el tiempo para disfrutar cada mirador. No hay fuentes de agua en el sendero, así que es clave llevar provisión suficiente, líquidos calientes y abrigo adecuado para el viento y las bajas temperaturas.

En algún punto del recorrido puede que aparezcan los cóndores, planeando sobre las corrientes frías. En invierno, su vuelo parece más majestuoso aún, resaltando contra el cielo y el blanco del paisaje.

El cóndor es un ave emblemática de la Patagonia, y en el Cerro Ventana puede que lo veas planeando sobre sus cumbres. ¿Sabés cómo aprovecha las corrientes térmicas para planear sin gastar energía? (Cuando lo veas te vas a dar cuenta del increíble movimiento que realiza.)

El Cerro Ventana, antiguo volcán, guarda huellas del pasado geológico de la región, ahora realzadas por la nieve. La conexión con el mar y la actividad volcánica dejaron un relieve que se explora paso a paso entre rocas y escarcha.

El terreno tiene mucha roca suelta y acarreo, que en invierno se vuelve más inestable. El descenso requiere atención, bastones y buen calzado. Si tenés molestias en las rodillas o poca experiencia con nieve, es mejor optar por otro destino menos exigente como el Cerro Villegas o Valle Encantado.

Bajo la nieve también pueden hallarse restos fósiles: señales de una vida antigua que habitó estas tierras cuando todo era muy distinto. Caminar por el Cerro Ventana en invierno es recorrer una historia que sigue viva, ahora en silencio, cubierta de blanco.

Si buscás un desafío físico mayor, se puede continuar hasta la cumbre. Desde allí, el panorama se expande aún más, con una vista imponente de la estepa y la cordillera bajo la nieve.

¿Te animás a dejar que este antiguo volcán te cuente su historia a través de los paisajes?